El presidente Trump criticó duramente el uso del autopen por parte del presidente Biden para emitir indultos masivos, calificándolo como “uno de los mayores escándalos de los últimos 50 a 100 años”. Las declaraciones se produjeron tras la admisión pública de Biden de que no firmó personalmente cada orden de clemencia, sino que autorizó a su jefe de gabinete a usar el autopen debido al volumen de documentación involucrado.
En una entrevista con The New York Times, Biden defendió la decisión, asegurando que él tomó todas las decisiones finales sobre quién recibiría los indultos. Argumentó que el autopen es un método legal y estándar para manejar una gran cantidad de documentos. Entre los indultados se encuentran figuras de alto perfil como el general Mark Milley, el Dr. Anthony Fauci, Hunter Biden y miembros de la propia familia del presidente.
El presidente Trump respondió diciendo: “Garantizo que él no sabía nada de lo que estaba firmando”. Advirtió que el uso del autopen por parte de Biden plantea serias preocupaciones sobre su capacidad mental y la responsabilidad ejecutiva.
El Departamento de Justicia ha iniciado una investigación para determinar si el uso del autopen excedió los límites legales o tergiversó la participación directa del presidente. El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara, James Comer, lidera una investigación paralela en el Congreso, cuestionando si asesores de alto nivel de la Casa Blanca aprovecharon la capacidad disminuida de Biden para impulsar indultos controvertidos.
Legisladores republicanos, incluido el senador Eric Schmitt, han expresado alarma por la cadena de decisiones detrás de los indultos masivos, calificándolo como una clara violación del protocolo constitucional. Argumentan que delegar tal autoridad socava la presidencia y elude los controles apropiados sobre los poderes de clemencia ejecutiva.
Los asesores de Biden insisten en que el presidente ejerció total discreción sobre cada decisión, y que el uso del autopen fue puramente administrativo. Sin embargo, los críticos señalan el alcance sin precedentes de los indultos y el secretismo que rodeó su aprobación como motivos de preocupación.
Mientras las investigaciones avanzan, la controversia se está convirtiendo en una gran crisis política. Con los republicanos exigiendo respuestas y los demócratas defendiendo la legalidad del procedimiento, el tema probablemente dominará los titulares y las audiencias del Congreso en las próximas semanas.
