El presidente Trump y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, anunciaron hoy un nuevo acuerdo de armas a gran escala, comprometiéndose a suministrar a Ucrania miles de millones en armamento e imponer severas sanciones económicas a Rusia si no detiene su agresión.
El acuerdo, descrito por Rutte como “realmente grande”, contempla que Estados Unidos venda sistemas de misiles Patriot y otras armas avanzadas a aliados de la OTAN como Alemania, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Noruega, Canadá y los Países Bajos. Estos aliados financiarán completamente las compras, lo que permitirá a la OTAN transferir rápidamente las armas a Ucrania.
El presidente Trump lanzó un ultimátum directo de 50 días al presidente ruso Vladimir Putin: alcanzar un acuerdo de paz con Ucrania o enfrentar aranceles secundarios del “100%” sobre las exportaciones rusas, afectando no solo a Moscú, sino también a países terceros que comercien con Rusia.
Trump expresó su frustración con los continuos ataques de Putin, señalando que los gestos diplomáticos siempre van seguidos de bombardeos. “Habla bonito… y luego bombardea a todos”, afirmó. Destacó que la participación europea representa un cambio fundamental en la distribución de cargas y que las fábricas estadounidenses producirán las armas mientras Europa asume los costos.
El enviado del Reino Unido, Mark Rutte, presentó el acuerdo como una extensión del compromiso asumido por la OTAN en la cumbre de La Haya el mes pasado, donde los países acordaron aumentar los presupuestos de defensa al 5% del PIB. Rutte calificó el paso como “lógico” y la primera fase de una serie de medidas por venir.
Ucrania celebró el anuncio, subrayando que los sistemas Patriot son vitales para defenderse de los ataques rusos, aunque algunos líderes ucranianos advirtieron que esperar 50 días podría dar tiempo a Rusia para intensificar sus ofensivas. Moscú, por su parte, desestimó la amenaza, calificándola de simbólica y anticipando un impacto mínimo.
A nivel interno, la acción de Trump recibió apoyo bipartidista. Los senadores Lindsey Graham y Richard Blumenthal respaldaron los aranceles. El secretario de Comercio aclaró que las medidas se basan en sanciones, no en aranceles tradicionales, y que el objetivo es aislar económicamente a Rusia.