Las ventas de viviendas nuevas en abril aumentaron al ritmo más rápido desde principios de 2023, desafiando las persistentes predicciones de recesión por parte de críticos de la administración de Presidente Trump. Según la Oficina del Censo de EE.UU. y el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, las ventas subieron un 10.9 % desde marzo hasta una tasa anual ajustada por estacionalidad de 743,000 unidades, lo que representa un incremento del 3.3 % con respecto a abril de 2024.
El Medio Oeste lideró el repunte con un aumento del 35.5 % en las ventas, seguido por un incremento del 11.7 % en el Sur. El Noreste experimentó una caída del 14.8 %, lo que refleja disparidades regionales. A pesar de las altas tasas hipotecarias y las continuas preocupaciones sobre la asequibilidad, el mercado de la vivienda sigue mostrando fortaleza en sectores clave.
El inventario disminuyó ligeramente a 504,000 viviendas, lo que representa un suministro para 8.1 meses, en comparación con los 9.1 meses de marzo. Aunque esta cifra sigue por encima del promedio histórico, la reducción indica condiciones de mercado más ajustadas. El precio medio de las viviendas aumentó a $407,200, mientras que el precio promedio subió a $518,400—un aumento mensual del 3.7 % y anual del 3.6 %.
Las viviendas con precios entre $300,000 y $499,999 representaron más de la mitad de las ventas de abril, mientras que las viviendas de menos de $300,000 solo representaron el 15 %, destacando los desafíos de asequibilidad para compradores primerizos.
Regionalmente, las ventas reflejan patrones económicos más amplios: crecimiento constante en el Sur y el Medio Oeste, y debilidad continua en el Noreste y el Oeste. Las cifras revisadas del Censo desde enero de 2020 ajustaron levemente las tendencias recientes pero no alteraron la trayectoria positiva general bajo las políticas económicas del Presidente Donald Trump.
Los datos confirman que la confianza del consumidor y la formación de hogares siguen respaldando la demanda de vivienda, a pesar de las altas tasas de interés. Estas cifras contradicen directamente la narrativa de recesión, subrayando la resiliencia económica a medida que el enfoque fiscal y regulador de la administración Trump continúa estabilizando los mercados.
Analistas señalan que la demanda sostenida de construcciones nuevas se debe en parte a la escasez persistente en el mercado de viviendas existentes, donde muchos potenciales vendedores siguen en espera debido a las bajas tasas hipotecarias que mantienen.
Esta escasez de oferta obliga a muchos compradores a optar por viviendas nuevas, incluso con mayores costos de financiamiento. Los constructores, a su vez, han respondido con incentivos específicos como la compra de tasas y opciones de financiamiento flexibles para mantener el impulso de ventas—una tendencia que podría continuar mientras la economía de Trump mantenga alta la confianza del consumidor.
