Exvicepresidenta Kamala Harris ahora afirma que su decisión de no asistir a la entrevista con Joe Rogan en 2024 se debió a cuestiones logísticas. En su nuevo libro 107 Days, Harris asegura que volar desde un mitin en Houston hasta el estudio de Rogan en Austin —un trayecto de menos de una hora en avión— “no era factible”.
Harris recuerda que “realmente quería hacerlo”, pero que sus asesores de campaña “argumentaron que era una mala idea”. El equipo de Rogan le ofreció grabar la mañana siguiente a su mitin sobre derechos reproductivos en Houston. “Dijeron que podían hacerlo a las 8:30 a.m., no más tarde, porque Joe tenía ‘compromisos’”, escribe Harris. “Yo también tenía compromisos, y no era factible llegar de Houston a Austin para las 8:30 a.m.”
La explicación ha levantado críticas, considerando que Harris viajaba rutinariamente en el Air Force 2 y que su campaña gastó 2,6 millones de dólares en vuelos privados solo en octubre de 2024. Un viajero comercial puede hacer el trayecto de Houston a Austin en menos de una hora.
Rogan rechaza la versión de Harris. “Ella tuvo la oportunidad de venir aquí cuando estaba en Texas. Les di literalmente una invitación abierta”, dijo Rogan. “Les dije: ‘En cualquier momento, si termina a las 10, vuelvo aquí a las 10’. Dije: ‘Lo hago a las 9 de la mañana, lo hago a las 10 de la noche, lo hago a medianoche’.”
Su negativa a sentarse con Rogan —quien dirige una de las plataformas más influyentes del país— ilustra el temor de la campaña a momentos mediáticos sin filtro.