El Departamento de Justicia ha comenzado a implementar la orden del presidente Donald Trump para establecer el inglés como el idioma oficial de los Estados Unidos. Las directrices están diseñadas para “racionalizar los procesos federales, reducir las cargas administrativas y aumentar la eficiencia operativa entre agencias mediante la eliminación de extensos servicios de traducción y la despriorización del multilingüismo frente al dominio del inglés”, explicó la agencia en un comunicado de prensa.
“Como ha dejado claro el presidente Trump, el inglés es el idioma oficial de los Estados Unidos”, afirmó la fiscal general Pam Bondi. “El Departamento de Justicia liderará el esfuerzo para codificar la orden ejecutiva del presidente y eliminar políticas costosas de señales de virtud en todas las agencias gubernamentales para promover la asimilación por encima de la división”.
Las directrices declaran que “un idioma compartido une a los estadounidenses, trascendiendo diferentes orígenes para crear una base común para el discurso público, las operaciones gubernamentales y la vida cívica, al tiempo que deja amplio espacio para la vibrante diversidad lingüística que prospera en los ámbitos privados y comunitarios”. Se señaló que el esfuerzo apoya el sueño americano al permitir una mayor “integración social y económica” de los residentes.
Para cumplir con la orden de Trump, las directrices del DOJ indican que la agencia revocará orientaciones previas que afectaban a los hablantes de inglés y comenzará revisiones internas para eliminar gradualmente “ofertas multilingües innecesarias”.
Las agencias federales deberán considerar servicios exclusivamente en inglés y superar barreras lingüísticas mediante la implementación de “inteligencia artificial y traducción automática para comunicarse con personas con dominio limitado del inglés”, afirman las directrices. Las agencias que reduzcan costos al limitar los servicios de traducción deberán redirigir esos fondos “hacia investigaciones y programas que mejoren el dominio del inglés y la asimilación”.
Según la orden ejecutiva del presidente Trump, “un idioma designado a nivel nacional está en el centro de una sociedad unificada y cohesionada, y los Estados Unidos se fortalecen con una ciudadanía que puede intercambiar ideas libremente en un solo idioma compartido”.
