El secretario de Defensa, Pete Hegseth, recibió al ministro de Defensa de Argentina, Luis Petri, en el Pentágono el 2 de julio, marcando un paso significativo hacia el fortalecimiento de la cooperación militar entre Estados Unidos y Argentina. La reunión reflejó preocupaciones compartidas sobre la estabilidad regional y las amenazas emergentes de China, señalando un renovado enfoque en las asociaciones estratégicas de defensa.
Hegseth y Petri se colocaron lado a lado bajo sus respectivas banderas durante una ceremonia oficial con cordón de honor. Hegseth elogió el compromiso de Argentina con la adquisición de equipos militares estadounidenses, incluidos cazas F-16 y vehículos blindados Stryker, y advirtió que China representa un “desafío de seguridad compartido” para EE.UU., Argentina y todo el hemisferio. Subrayó que la paz regional “exige la máxima voluntad y tenacidad, y creo que podemos enfrentar juntos estos desafíos de seguridad comunes”.
Petri coincidió en la importancia de esta relación de defensa en expansión, señalando el historial de cooperación de Argentina, desde el suministro de armas a EE.UU. durante su independencia hasta el despliegue de buques en la Guerra del Golfo, como evidencia de que ambas naciones pueden beneficiarse. Elogió el ataque estadounidense del 21 de junio contra instalaciones nucleares iraníes, calificándolo como un legado de disuasión global y reafirmando la alineación de Argentina con los esfuerzos antiterroristas de EE.UU. “Nuestra relación está en su mejor momento, y nuestra asociación continuará creciendo en todas las áreas del gobierno, pero fundamentalmente en defensa”, afirmó Petri.
Durante la sesión se firmó una Carta de Oferta y Aceptación, formalizando los planes para vender equipos militares estadounidenses a las fuerzas argentinas, un paso esencial para ampliar la interoperabilidad y fortalecer la postura defensiva del hemisferio occidental. Ambos líderes recordaron hitos militares compartidos: el suministro de mosquetes por parte de EE.UU. en 1811, la adquisición de fusiles por parte de Argentina en 1879 y la participación de buques argentinos en la coalición de la Guerra del Golfo.
La reunión refleja la prioridad actual del Departamento de Defensa de ampliar las asociaciones militares bilaterales y reforzar la influencia estadounidense en el hemisferio occidental. Hegseth ha subrayado el apoyo directo a gobiernos aliados dispuestos a mejorar la coordinación en defensa y a resistir la influencia autoritaria extranjera.
El acuerdo entre EE.UU. y Argentina marca un cambio claro hacia una mayor alineación regional frente a China y establece un marco para futuras cooperaciones militares con otros aliados latinoamericanos interesados en sistemas fabricados en EE.UU. y en la planificación estratégica conjunta.