El presidente Trump ha enviado al enviado especial Steve Witkoff y al embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, a la zona sur de la Franja de Gaza para inspeccionar los centros de distribución de alimentos mientras aumentan las víctimas civiles cerca de los puntos de ayuda. La visita, programada para el 1 de agosto, se produce tras una semana de creciente crítica internacional e informes contradictorios sobre cómo se está entregando la ayuda humanitaria.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó el viaje después de reuniones con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. “Mañana, el enviado especial Witkoff y el embajador Huckabee viajarán a Gaza para inspeccionar los sitios de distribución actuales, asegurar un plan para entregar más alimentos y reunirse con los gazatíes locales para escuchar de primera mano sobre esta grave situación en el terreno”, declaró Leavitt durante la rueda de prensa de hoy.
La pareja recorrerá instalaciones administradas por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), una organización respaldada por Estados Unidos e Israel creada para facilitar la entrega de ayuda. La GHF ha estado bajo fuerte escrutinio por parte de las Naciones Unidas y más de 170 ONG, incluyendo Save the Children y Amnistía Internacional, por denuncias de que sus operaciones exponen a los civiles al peligro.
La visita llega mientras funcionarios de salud de Gaza reportan 91 muertes y más de 600 heridos en un solo período de 24 horas cerca de los sitios de distribución. Testigos y personal médico alegan que fuerzas israelíes abrieron fuego en algunas áreas cuando multitudes desesperadas se reunieron para recibir alimentos. Israel ha negado tales acusaciones.
El acceso a la ayuda sigue siendo críticamente limitado, con solo 270 camiones entrando a Gaza diariamente, muy por debajo de los aproximadamente 600 camiones necesarios para cubrir las necesidades básicas.
La ONU se ha negado a trabajar con la GHF, acusando al grupo de forzar a los civiles a “zonas hacinadas y militarizadas” y convertir los puntos de entrega de ayuda en posibles sitios de conflicto. Para mediados de julio, la ONU estimaba al menos 766 muertes vinculadas a incidentes cerca de los centros administrados por GHF, lo que provocó llamados a un cambio hacia una supervisión humanitaria neutral. La GHF y funcionarios israelíes niegan las acusaciones, citando intentos de Hamás de manipular a las multitudes y obstaculizar los esfuerzos de ayuda.
El presidente Trump ha calificado la situación como una “grave crisis humanitaria” y reiteró sus exigencias de que Hamás se rinda y libere a los rehenes como parte de cualquier resolución a largo plazo.
La visita coloca a funcionarios estadounidenses en el centro de una creciente disputa entre las operaciones de ayuda respaldadas por Israel y las agencias internacionales que advierten de fallas sistémicas. Se espera que los hallazgos de la gira den forma a la política estadounidense sobre la entrega de ayuda a Gaza en las próximas semanas.