Fiscales federales afirman que el violento complot de un líder de banda de Chicago representa un escalofriante ataque al Estado de derecho y un peligro creciente para quienes defienden las fronteras y comunidades de Estados Unidos.
Agentes arrestaron a Juan Espinoza Martínez, presunto líder de los Latin Kings, después de que supuestamente ofreciera recompensas en efectivo por capturar o asesinar a un alto funcionario de inmigración que trabajaba con la “Operación Midway Blitz.” Según el Departamento de Justicia, Martínez publicó en Snapchat: “2 mil por información cuando lo consigan” y “10 mil si lo eliminan.”
El fiscal federal Andrew S. Boutros condenó el complot, calificándolo como “un ataque al Estado de derecho”. Agregó: “Las acciones del acusado en este caso demuestran un profundo desprecio por la vida humana y la seguridad pública.” Funcionarios federales indicaron que Martínez utilizó su influencia para ordenar a los miembros de la banda patrullar y armarse en vecindarios de Chicago dominados por pandillas tras un tiroteo policial ocurrido el 4 de octubre.
El fiscal general adjunto Todd Blanche señaló que el caso resalta el enfoque del Departamento de Justicia en combatir la violencia de pandillas y restaurar la seguridad en las ciudades estadounidenses. “Colocar una recompensa sobre la cabeza de un agente federal es un ataque al Estado de derecho y a cada estadounidense que depende de las fuerzas del orden para mantenerse a salvo”, declaró Blanche.
Conservadores argumentan que este caso subraya las consecuencias de una aplicación laxa de las leyes de inmigración y de políticas indulgentes con el crimen que alientan a los delincuentes violentos.