Un nuevo video publicado por la Casa Blanca el jueves presenta a trabajadores y madres de todo Estados Unidos instando al Senado a aprobar el “One Big Beautiful Bill” del presidente Donald Trump. La legislación, parte clave de la agenda económica de Trump, incluye recortes fiscales, protecciones al salario de los trabajadores y mejoras en la seguridad fronteriza.
En el video, trabajadores de las industrias automotriz, energética, de transporte y de salud explican cómo el proyecto les permitiría conservar más de sus ingresos. Un tema recurrente en los testimonios es el apoyo a la eliminación de impuestos sobre propinas y pago por horas extra.
Donna Boyd, enfermera especializada de Carolina del Norte, destacó cómo el proyecto beneficiaría al personal médico de primera línea. “Como enfermeras, acumulamos muchas horas extra, y creo que esto devolverá mucho dinero ganado con esfuerzo a los bolsillos de las enfermeras estadounidenses,” afirmó.
Kris Cranford, de Deep Well Services, compartió ese sentimiento desde el sector petrolero, calificando de “enorme” el alivio fiscal sobre horas extra para los trabajadores energéticos. James Benson, trabajador automotriz de Michigan, elogió la legislación por cumplir las promesas de Trump y consideró que revitaliza a la clase media estadounidense.
El proyecto también renueva créditos fiscales enfocados en las familias. Angelina, representante de Moms for America, calificó los créditos como un “salvavidas” y expresó un fuerte respaldo al liderazgo de Trump. Theresa Thompson, madre de un hijo adulto con necesidades especiales en Nueva Jersey, también elogió los beneficios potenciales para su familia.
Dee, conductora de camiones con años de experiencia, subrayó el impulso económico general: “Cuando la economía se mueve, todos ganamos.” Maliki Krieski, conductora de DoorDash y madre de un niño con diabetes tipo 1, celebró la política de no aplicar impuestos a las propinas, afirmando que ayuda a familias como la suya a sobrevivir.
El proyecto también aborda la seguridad nacional mediante la financiación para completar el muro fronterizo sur y permitir al menos un millón de deportaciones anuales. Pam Furrie, abuela en Arizona, señaló el costo personal de la falta de control migratorio y apoyó medidas que prioricen la seguridad de los estadounidenses.
